¡Cuánto duele, Colapinto! El paso de la euforia al dramatismo fue demasiado rápido. El argentino venía realizando una actuación notable en el GP de Las Vegas: terminó 8° en las tercera práctica libre y había superado con creces la Q1 -se quedó en el 9° con un tiempo de 1:33.746, a 0.560 milésimas de George Russell-. Todo hacía parecer que lo sucedido en Interlagos había quedado en el pasado, y que sería otra gran actuación del piloto de Williams. Pero, una vez más, el pilarense se estampó contra uno de los muros del trazado, destrozó el monoplaza y expresó su frustración con un golpe de puño sobre lo que quedó del vehículo.
La reacción de Colapinto expresa bronca, decepción y tristeza. Sentimientos que no había experimentado hasta el momento, pero que son parte del proceso de crecimiento dentro del mundo del automovilismo. Es cierto, estos golpes pinchan el globo de ilusión que se generaron en las primeras presentaciones. Pero son situaciones que, tarde o temprano, iban a suceder, y llegó en un momento en el que el argentino está rodeado de dudas.
La primera es clara: ¿Colapinto competirá en Las Vegas? Difícil. La imagen de los restos del coche siendo arrastrado por los mecánicos es la prueba de que la situación es crítica. A eso se suma que es el tercer golpe consecutivo que recibe la máquina. Es más, muchos aseguran que Williams hizo un milagro para que llegase al circuito estadounidense, y eso provocaba que la primera misión del argentino sea terminar con el auto entero.
“No hay ningún equipo en la parrilla que pueda hacer frente a cinco accidentes graves en dos fines de semana de carreras. Simplemente el número de recambios que llevamos no es suficiente para soportar esa cantidad de desgaste”, había dicho James Vowles, jefe de la escudería británica, en la previa al GP estadounidense y dejando en claro que lo principal era finalizar sin daños demasiado considerables. Pero un mal cálculo en una de las curvas finales terminó con la ilusión del piloto, que volvió a quedarse con las manos vacías.
El factor económico también juega un papel importante en la consideración de Vowles. El jefe de Williams había mencionado que, tras los impactos sufridos de Brasil y México, se invirtió una cifra superior a los U$S3 millones. "Son grandes números si se calcula dónde estamos en este momento”, dijo en referencia al noveno puesto en el Campeonato de Constructores. A eso se suma el límite presupuestario que establece la F-1, que es de U$S135 millones, y que si lo superan estarán expuestos a ser sancionados por la FIA.
El enojo de Colapinto no nació únicamente por las malas presentaciones, sino que el argentino sabe que se está jugando su futuro en la Fórmula 1, y este tipo de incidentes complican su presencia en la temporada 2025. Un piloto que protagonizó varios choques de calibre deja de ser atractivo para el resto de las escuderías. Es más, solo basta con citar a Logan Sargeant, el piloto que reemplazó al argentino por la cantidad de colisiones que protagonizó en la temporada, para considerar el peso de estas situaciones dentro la “Máxima”.
Esta situación se agrava si se considera que detrás del argentino se encontraban Red Bull o Alpine. Mientras los austríacos buscan resultados inmediatos –necesita un compañero efectivo para Max Verstappen, debido a la floja performance de Sergio Pérez-; el equipo francés goza de la presencia de Pierre Gasly, el único piloto que no gastó un dólar en reparaciones en toda la temporada lo que es un récord.
La imagen mediática de Colapinto es otro de los factores a considerar. El argentino se convirtió en una celebridad argentina y cada acción que realiza repercute en todos los niveles. Las filtraciones de las imágenes con Eugenia “China” Suárez fueron un cimbronazo dentro del mundo deportivo y de su reputación. El fuerte posteo de Jamie Campbell-Walter, uno de sus managers, fue la clara prueba de ello.
“Escuchen con atención porque solo lo diré una vez: dejen de opinar, dejen de insultar y de decirnos cómo debemos hacer nuestro trabajo. Me ocuparé de ello y no necesito más comentarios. Estuve aquí mucho antes de que cualquiera de ustedes apoyara a Franco y estaré aquí mucho después. Todos cometemos errores, y él aprenderá de ellos. Centrémonos en Las Vegas y en las carreras, pero para eso necesito que todos se callen”, había escrito el británico en relación al tema, y Colapinto adoptó una postura similar en el fan zone de Las Vegas.
Más allá de ello, el argentino está atravesando un duro momento dentro del “Gran Circo”. La mezcla entre expectativas y presiones suele ser un combo explosivo para cualquier deportista, y Colapinto lo está experimentando en carne propia. Ahora solo queda levantar cabeza y cruzar los dedos para ver si el auto llega en condiciones para la carrera principal.